jueves, 15 de agosto de 2013

Papá y Mamá sonó la campana, se acabó el recreo.

Mano a mano con el Dr. Alfredo Miroli



La palabra adicción es una palabra que nos asusta, porque siempre estamos imaginando narcotraficantes, luchas, droga de cultivo, enfrentamiento, dilers en cada esquina. Y cuando uno se asusta, se paraliza, cuando uno está con terror se inmoviliza.

La palabra adicción tiene que ser una palabra que nos motive a trabajar, que nos genere deseo de llevar  adelante programas de prevención, basado en el conocimiento, no en la improvisación. Querer capacitarnos antes de querer actuar.

Es importante saber para poder prevenir, antes de largarnos hacer acciones, capacitarnos, para saber ¿Cómo las debemos hacer? Cuales si, cuáles no. Saber que las adicciones son muchas, que son diferentes, que no es lo mismo la adicción al juego, que la adicción al tabaco o la adicción al alcohol o las adicciones a las drogas. O las adicciones a los hidratos de carbonos calóricos, estoy hablando de la obesidad infantil. Una enfermedad adictica atroz.

Se ha transformado en la enfermedad de mayor crecimiento en el mundo comparada con ella misma, la obesidad infantil, es una enfermedad adictiva. El crecimiento de la adicción al juego en los mayores de 80 y en la tercera edad adulta, en los mayores de 65.


Lo que le estoy diciendo es que las adicciones pueden afectar a todas las edades, a todos los niveles sociales, a todas las clases económicas, no tomas el alcohol en acceso solo los pobres, ni fuma los pobres. No son enfermedades de adolescentes, no son enfermedades de villas, no son enfermedades de pobres, son enfermedades de embriones.






















Si la mamá esta fumando, si está fumando marihuana o está consumiendo alcohol, son enfermedades de feto, son enfermedades de lactantes. Si la mamá toma alcohol, le está dando el pecho. Son enfermedades de niños, con la obesidad infantil. Con los pegamentos.

Son enfermedades de adolescentes, de jóvenes, con la droga el alcohol. Son enfermedades de adulto con el juego, el tabaco, el alcohol y las drogas. Son enfermedades de ancianos, tiene todas las edades.

El gran crecimiento del consumo de droga ahora en el mundo, la gran explosión, parece a lo que paso en la década del 60 y en la sicodelia del 70, donde está aumentando explosivamente el consumo de droga es la clase pudiente, y en la clase media alta, como fue la droga en la década del 60 y el 70. El movimiento Hippy. El festival de Boston, la sicodelia de los 70, los Rolling Stones, los Beatles, son movimientos, todos grandes consumidores de drogas, no salieron de villas marginales, fue movimiento de la clase media.

La pandemia de drogadicción actual, no está ocurriendo en las villas marginales, está ocurriendo en la clase media, en la clase alta, en donde está explotando. Tenemos que empezar a dejar de pensar que las adicciones son enfermedades de pobres, enfermedades de adolescentes, enfermedades de villas y pensar que me puede pasar a mí.

Y si pienso en mi y en mis hijos empiezo a prevenir, porque empiezo a saber que todos podemos ser víctimas, que todos tenemos que cuidarnos, dejo de señalar hacia a los otros, empiezo a pensar en nosotros, pero cuando yo me tengo que cuidar de algo, primero quiero saber cómo me cuido y para eso busco gente que sepa, me capacite, no me largo a improvisar, porque uno no sabe todo, igual con las adicciones.

Por eso tenemos que empezar a pensar que es necesario capacitarse, saber  para poder prevenir. Que el próximo enfermo es el que me devuelve el espejo cada mañana que puede ser ese. Que  mi familia le puede pasar, que al enfermo hay que ayudarlo, no internarlo, que hay que integrarlo, que hay que insertarlo, no pensar en esconderlo, o internarlo.






















Internarlo, si por un tiempo prudente, hasta desintoxicarlo y luego integrarlo rápidamente, que tenemos que capacitarnos en cada uno de los rubros para cada uno de los ámbitos, que hay persona que pueden trabajar en prevención en el ámbito familiar y está muy bien.

Y cuando cierre la puerta de la casa, hay otra que están trabajando en prevención en el ámbito comunitario, que empieza de la puerta para afuera y hay otra que está trabajando en prevención en el ámbito escolar, que es cuando entra en el colegio y hay otra que trabaja en prevención en el ámbito laboral, cuando trabaja en la empresa y hay otra que trabaja en prevención intramuros, si está privado de la libertad.
Pero si cada uno de los ámbitos se trabaja con metodología armamos un rompe cabeza. Ahora si en cada uno de los ámbitos se trabaja con lo que me parece. Qué tal si, le metamos, sale un colach, lo que sale un guiso, no un rompe cabeza.

Por eso trabajar en prevención por ámbito, pero con metodología y capacitado, da resultado. Si lo hacemos nos va ir muy bien, te lo prometo, pero no mañana.
Para finalizar el Doctor Miroli dejó un mensaje para los padres: “Papá y Mamá, sonó la campana. Se acabó el recreo, llegó la hora de volver a trabajar de Papá y de Mamá, o sea con acento en la A y palabra aguda. Dejar de ser padres, es una palabra grave y sin acento y transformarse de nuevo Papá, así con el acento en la A, en Mamá.
Ya sé que estamos trabajando de médico, de periodista, de gremialista, de obrero del surco, de desocupado, de dura búsqueda de un trabajo dignamente rentado, ganado con el sudor de la frente, pero hemos dejado de trabajar bastante de Papá, de Mamá.

Sonó la campana, Papá, se acabo el recreo hay que volver a trabajar de Papá y Mamá, volver a poner a nuestros hijos limites. Volver a sembrarlo autoestima, volver acompañarlo y estar en vigilia, no en vigilancia.
Vigilancia es de desconfianza, en la vigilancia te pongo un vigilante. En la vigilia aún dormido, estoy despierto, esperándote. Estoy en vigilia.

Papá, Mamá, si tu hijo adolescente llega un domingo ebrio, es una travesura de adolescente, asistilo, atendelo, cobíjalo, calentalo. Ponele tus dedos en la boca que vomite en tu mano, no lo tires a la cama, que vomite hacia arriba y se le vaya a sus pulmones.

Acóstalo en tu cama, está enfriado, necesita el calor de tu cuerpo. Ya viene el momento de retarlo después. Pero si viene tres domingos seguidos borracho a tu casa, no es una travesura de adolescente, es un huérfano, porque si un día llegó ebrio, asistilo, si sigue viniendo ebrio y vos ¿Que sos? ¿Estás pintado en tu casa? Ese chico es huérfano.

Si vos le prestas el auto y viene un domingo con un brazo quebrado porque chocó, y el auto roto un faro. Se lo prestas el otro sábado, viene el domingo con una pierna quebrada y chocó una puerta ¿Se lo seguís prestando?    
       
Que espera que venga ¿Cómo? en otro auto, uno que tiene una cruz arriba. Si un día salió le prestaste, la salida volvió chocado contra el alcohol y si al otro sábado salió y volvió chocado contra el alcohol, le seguís prestando la salida y el alcohol.

Que espera que venga, ¿Cómo? En coma final, que venga en un cajón. Papá y Mamá sonó la campana, se acabó el recreo.
Si tu hijo viene ebrio un domingo, es una travesura, si viene ebrio tres domingos, es un huérfano, le falta Papá. 
                                                                                                                                                  



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